Los retos mundiales de la seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria mundial se enfrenta a enormes desafíos. Actualmente, en 2022, unos 829 millones de personas están subalimentadas.

La seguridad alimentaria, definida por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas, significa que todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus preferencias alimentarias y sus necesidades dietéticas para llevar un estilo de vida activo y sano. Además, las personas que participan en la producción de estos alimentos pueden ganar un salario adecuado.

Nuestro sistema alimentario incluye la producción, transformación, distribución, comercialización, adquisición y, por último, el consumo de alimentos. Algunas cosas que pueden afectar a esto incluyen:

  • Aumento de la población: más demanda de alimentos adecuados
  • Aumento de los precios de los alimentos: empuja a la pobreza a una mayor parte de la población, incapaz de alimentarse de forma nutritiva.
  • Cambio climático: alteración de las condiciones de cultivo de alimentos. Las condiciones meteorológicas se vuelven impredecibles y aumenta la probabilidad de que se produzcan fenómenos meteorológicos destructivos. La alteración de las condiciones climáticas también afectará a la incidencia y distribución de plagas y patógenos que pueden afectar gravemente al rendimiento de los cultivos.

En particular, el mundo está siendo testigo de cómo los esfuerzos por aumentar la seguridad alimentaria se ven contrarrestados por acontecimientos recientes como la pandemia COVID-19 y la escalada de conflictos, como la guerra de Ucrania. Estos acontecimientos han alterado muchos aspectos del sistema alimentario, desde la producción hasta el consumo, y han culminado en interrupciones de la cadena de suministro y el consiguiente aumento récord de los precios de los alimentos y de los productos básicos esenciales necesarios para su producción. En la mayoría de los países, la inflación de los precios de los alimentos ha superado a la inflación general. Los productos básicos más afectados son el trigo, el maíz, los aceites comestibles y los fertilizantes.

El precio agrícola del maíz en junio de 2022, por ejemplo, ha aumentado un 47% con respecto a enero de 2021.

Esto está poniendo de manifiesto las vulnerabilidades e insuficiencias de nuestros sistemas alimentarios y exige soluciones capaces de sortear un gran número de consideraciones. Algunas de las consideraciones clave de especial interés para los investigadores de Maxstim son las siguientes:

  • Sostenible para el planeta - Ahora más que nunca somos conscientes del impacto de las acciones humanas en el medio ambiente. Con el aumento de las temperaturas y la considerable contaminación que ya es un problema, la salud de nuestro suelo, la reducción del desperdicio de alimentos y las alternativas de bajas emisiones a las prácticas actuales son una necesidad
  • Disminución del espacio agrícola - A medida que crece la población, también lo hace el desarrollo urbano. Los seres humanos competirán por el espacio a medida que la tierra habitable disminuya debido a la subida del nivel del mar, y ciertas zonas se vuelvan inútiles para la agricultura debido al clima. Para garantizar la seguridad alimentaria, el rendimiento de los cultivos de alimentos nutricionalmente densos debe aumentar para abastecer la demanda de una nutrición adecuada para una vida sana.
  • Escasez de agua - La disponibilidad y calidad adecuadas de agua para mantener a la población humana es una limitación cada vez mayor para muchas regiones agrícolas. La industria agrícola es la mayor consumidora mundial de agua; es un componente esencial en la producción de cultivos y ganado, y en la transformación y preparación de estos alimentos. El aumento de la escasez de agua supondrá un enorme desafío ante una mayor demanda de agua con potencial para limitar gravemente la productividad de los cultivos
  • Menor acceso a los fertilizantes : Rusia y Bielorrusia son exportadores clave de fertilizantes, por lo que los precios se han disparado hasta niveles inasequibles en los últimos meses. Esto puede reducir el acceso de los agricultores y afectar al rendimiento de las cosechas en muchas regiones. Sin embargo, la obtención de los componentes de los fertilizantes requiere la explotación minera, una actividad que supone un coste adicional para el medio ambiente. Cuando se combina con el impacto que su uso en la industria agrícola tiene en relación con la contaminación del agua, la destrucción de la biodiversidad, la degradación de la salud del suelo, está claro que se requiere una solución delicada y equilibrada para la sostenibilidad de la población humana y su salud, y la salud del planeta.

Dentro de esta miríada de factores, cada uno de los cuales requiere una cuidadosa consideración, los bioestimulantes tienen un importante papel que desempeñar para contribuir al futuro de la seguridad alimentaria mundial.

 

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